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ꗃ capítulo O1 ; tip O1.
❝ Sigue sus juegos, él ama que
traten de entender su
mentalidad. ❞ ! ꔪ

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En el mundo, hay muchos tipos de personas y la mayoría trata de encajar en su propio estereotipo de "humano perfecto", alguien que sólo hace las cosas que todos los demás hacen. Y para ellos está bien, porque lo que ven comúnmente es lo único que está bien.

Pero, para NamJoon no está bien, o sea, los demás no les importan en lo absoluto, sin embargo odia que a veces sus compañeros observen mal a SeokJin. Y no entiende el por qué. SeokJin es una persona normal a su parecer.

— Oye, rarito. — un chico de desconocida identidad se sentó frente a él. Obviamente no era tonto, sabía que ese chico es el que siempre lo molesta, sin embargo nunca ha revelado quién es.

— No soy ningún rarito, imbécil. — bramó con enojo en su voz, observando su comida.

— ¿¡Cómo me dijiste!? — musitó el chico, jalando de su camisa para alzarlo con enojo.

— Te dije imbécil, ¿por qué? — Seok enarcó una ceja. — Si tú tienes el derecho de llamarme raro, también puedo llamarte imbécil ¿no?

El chico que parecía querer explotar alistó su puño el cuál terminó estrellándose sobre la mejilla de Kim mayor, escuchando a este jadear. — A mí nadie me llama imbécil, mucho menos un puto raro como tú.

El bully se fue con su grupito, riéndose de su estado, a lo mejor, pero no le importaba una mierda. Sabía que sólo eran un grupo de chicos con problemas y que buscaban aliviarlos con la ira. Lastimosamente él se cruzó con ellos y suele enfrentarse a ese tipo de riñas muy seguido.

NamJoon quién observaba todo de lejos, se levantó de su lugar, dejando a su grupo con una incógnita al momento de hacerlo, y caminó hasta el muchacho que había sido golpeado hace un momento. El chico buscaba en su mochila de alpaca su preciada crema para aplicarse en el golpe, aunque no logró encontrarla.

¿SeokJin tenía una mochila de alpaca? Sí, la más hermosa ante los ojos del menor.

Quizás para alguien que casi cumplía la mayoría de edad era muy infantil, pero a Kim mayor parecía no importarle. Él compraba las cosas más infantiles y las usaba en público, la razón por la cuál esos chicos lo molestaban.

Y NamJoon no podría estar más enorgullecido ante tal acto. Normalmente a su edad, todos pensaban en ver a quién y cuántos se lograban coger, otros pensaban en cuántos corazones podrían robar, cuándo llegaría su amor adolescente, etc. En cambio, el castaño parecía más un niño encerrado en el cuerpo de un joven.

SeokJin nunca ha sido igual a los demás y eso le encanta a NamJoon.

— ¿Puedo ayudarte en algo? — preguntó amablemente, sentándose en el anterior puesto que tenía el imbécil.

— Si vienes a burlarte, es mejor que te vayas. — respondió cortante, continuando con la búsqueda de su crema.

— Quiero ayudarte, ¿me permites hacerlo?

Bufando, el mayor dejó de buscar, prestándole atención. Suspiro bajo al darse cuenta de la persona que le estaba hablando.

Por satán, es el mismo Kim NamJoon, uno de los chicos más inteligentes y guapos de su salón. ¿Qué hacía él ahí?

Sin darle tantas vueltas al asunto, asintió confuso. — No encuentro mi pomada...

— Es esa que está en la bolsita de alpaca. — señaló la mesa y efectivamente, ahí se encontraba una estuchera de plástico rosa con un estampado de su RJ.

— ¡Ahí estás desgraciada! — sonrió al tenerla en mano, sacándola de ahí para destaparla y echarse un poco sobre su mejilla. — Mucho mejor. — se observó frente a su espejito del mismo diseño. — ¡Oh! ¿Por qué eres tan guapo SeokJin? — siguió viéndose, halagándose de por medio como todo el narcisista que era.

Quizás todos lo veían como un raro, pero al menos tenía mucha más autoestima que todos los tontos que lo molestaban. Él es bonito y jamás se sentirá inseguro de su belleza, mucho menos por personas que no valían la pena.

Joon rió lleno de ternura al escucharlo. Por supuesto que era hermoso, dios, el más hermoso y único de todo el puto instituto.

— ¿De qué te ríes, idiota? — le observó mal, pensando que se reía de su apariencia. — ¿Acaso te atreves a burlarte de mí? Sólo porque seas el bonito e intelectual de la clase no significa que me dejaré intimidar por tí.

— Realmente me reía de la ternura que causas tú en mí ser.

— Aparte de ser bonito e inteligente, tienes una buena labia. — entrecerró sus ojos. — ¿Qué quieres exactamente Kim?

El moreno se cruzó de brazos, recostando su cabeza sobre ellos, mirando al mayor con una sonrisa. — Quiero invitarte a algo.

— Exactamente ¿A qué?

— Ven conmigo a la tienda de Line.

— ¡La tienda Line! Aceptó con gusto.

— Entonces, ¿el próximo-

— El que invita, paga.

— Sí, lo sé, déjame terminar. — hizo un pequeño puchero, el mayor acarició su cabello, sonriendo.

— Perdón, continúa.

— ¿El próximo sábado estará bien?

— El próximo sábado es... — revisó la fecha en su celular, asombrándose al ver que era viernes. — ¡Mañana!

— En efecto, tendrás menos tiempo de arrepentirte, bonito. — le guiñó el ojo, coqueto. El otro se encogió de hombros, restándole importancia.

— Igual, no es como si fuera a tener planes con alguien.

— Bien, entonces ¿Me das tu número?

— Uhúm, dame tu teléfono. — el castaño se colocó correctamente y le brindó su celular al mayor, observando la rapidez con la que tecleaba. — ¡Listo! — entregó el aparato a su dueño, sonriendo con altanería al ver la reacción de NamJoon por el agendado.

No sabía quién era este chico narcisista de aspecto tierno, pero le agradaba. Sobre todo el nombre con el que se había auto agendado en su teléfono.

"El amor de mi vida ♥" se leía en la tarjeta de contacto.

El menor enarcó una ceja en busca de una respuesta, la cuál no le fue dada con esa simple acción. — ¿Qué? Es mejor que yo tenga ese apodo a qué lo tenga cualquier zorra de acá.

— Tienes toda la razón.

Ah, simplemente este chico le gustaba cada vez más.

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ᘗ ›› author's note. ⌇

꒰ hola chikistrikis,
¿q han hecho de su vida? 😘

ᯤ̸ © damadekim.
24 % O6 % 22.

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